La IA ya es un depredador laboral, aunque el ciudadano de a pie no lo perciba

noreply • 11 de junio de 2024

Robot en fábrica china de Dongfeng cambiando aceite
La semana pasada, en ocasión de un cóctel social que organizó mi mujer en casa, conocí a una psicóloga de empresa quien me explicó, en resumidas cuentas, que su labor se centraba en empoderar a los empleados de las compañías en calidad de recursos lujosos por imprescindibles en plena era de la Inteligencia Artificial (IA). Todo un alegato de defensa del valor diferencial humano irremplazable frente a la IA, en un contexto productivo, cuyo relato más propio de los cuentos fantasiosos de Las mil y una noches escuché indulgentemente copa en mano. Lo cierto es que el argumento no me escandalizó, pues ya lo había escuchado de manera reiterada en otras ocasiones a modo de corriente de pensamiento generalizada, percibiendo una vez más como si la mayoría de las personas -ajenas a la realidad colonizadora, por no decir depredadora, de la IA-, vivieran el plácido sueño de Circe del que incluso los argonautas de Ulises cayeron rendidos.

No obstante, más allá del estado de anublamiento mental en el que parece vivir la mayoría de la sociedad, el principio de Realidad caracterizado por la acelerada sociabilización de una progresiva IA omnipresente y omnipotente se impone. Una realidad (cuyo empirismo no es sueño, como versaría Calderón de la Barca) donde la economía productiva, y con ella el mercado laboral, ni están exentos ni son inmunes. Y, todo y así, a pesar de esta patente realidad objetiva, la ciudadanía en su conjunto parece vivir bajo el síndrome de la rana hervida, ajena a la irrupción disruptiva de la IA que está transformado radicalmente el paradigma de la sociedad conocida.

Es decir, aun a expensas del actual negacionismo tecnológico colectivo fruto de una inopia informativa inducida o autoinducida (de cuyo discernimiento no voy a entrar en la presente reflexión), lo cierto es que se avecinan tiempos en los que el hombre va a perder abruptamente el protagonismo como fuerza laboral frente a la IA. Una guerra perdida, antes incluso de que suene la trompeta de batalla, derivada en gran medida por el salto cualitativo en IA Generativa que ha posibilitado la tecnología del GPT-4, donde cabe destacar como puntas de lanza de la incipiente revolución productiva tanto los IA Agentes como los Robots IA humanoides. Una nueva generación de IA capaz ya no sólo de imitar e incluso superar la inteligencia humana, sino de aprender por experimentación directa con su entorno de trabajo, y asimismo de relacionarse con las personas mediante un lenguaje natural y una capacidad ya adquirida de interpretar los estados psicoemocionales humanos (gracias al GPT-4 omni ), tales como la ironía o las segundas intenciones (1) , cuyas capacidades se consideraban exclusivamente humanas hasta la fecha.

Los IA Agentes y los Robots IA Humanoides se van a comer el mercado laboral

Como muestra, señalar que los IA Agentes -que son programas de software que tienen capacidad de autoaprendizaje y de realizar tareas de forma autónoma en cualquier actividad productiva humana-, ya realizan trabajos para los que se requerirían cientos o miles de empleados. Tal es el caso de la plataforma de venta por internet Klarna (2) , quien su IA Agente monopoliza el trabajo equivalente a 700 personas (3). O el caso del reciente inaugurado centro sanitario chino Agent Hospital , cuyos doctores y enfermeras generados por IA pueden tratar a 3.000 pacientes al día, diagnosticando enfermedades y elaborando planes de tratamiento con una precisión del 93 por ciento (4).

Mientras que a nivel de Robots IA humanoides de aplicación industrial, encontramos el caso actual de la firma automovilística BMW (5) que comienza a implantarlos en su planta norteamericana de Carolina del Sur (en la que trabajan a día de hoy 11.000 empleados), donde los humanoides realizarán labores diversas en los procesos de fabricación, incluyendo tareas de carrocería, chapa y almacén, y cuya característica relevante es que pueden aprender visualmente. Y aún más, cuánto más aprenden interaccionando con su entorno de trabajo, más eficaces, eficientes y efectivos se vuelven. Lo cual, sin lugar a dudas, no es un buen augurio para el futuro laboral de los miles de trabajadores humanos de la fábrica. Y no olvidemos, entre otros, a los Robots CEO de empresas, cuya senda abrió en el 2022 la androide ejecutiva Sra. Tang Yu para dirigir una compañía china de 5.000 empleados, y que registra una facturación anual nada desdeñable de más de 10.000 millones de euros (6). Ejemplos en suma que constatan el inicio de la nueva era de la IA física, en el que el futuro será completamente robótico, ratificando así las recientes declaraciones en este sentido manifestadas por el director ejecutivo de Nvidia (7) , que como sabemos es la segunda tecnológica más importante del mundo detrás de Microsoft (8).

Es decir, como ya he apuntado en otras ocasiones, nos dirigimos con velocidad de crucero hacia empresas interconectadas en red gestionadas por IA, que coordinarán robots y plantas automatizadas, y no sólo producirán productos robóticos y controlarán la cadena logística, sino que incluso contarán con clientes robóticos cuya cuota de mercado se prevé que alcance el 20 por ciento a nivel mundial para 2030 (9). Características todas ellas de un ciclo de cambio industrial propio de la Quinta Era de la Revolución Industrial en la que ya nos encontramos, y que veremos manifestarse revolucionariamente a cada nuevo día que pasa de la mano de emergentes generaciones tecnológicas, las cuales se irán sucediendo continuamente en el campo de la tecnología del GPT, de los Centros de Datos, de los microchips, y de la robótica, principalmente, como partes de un mismo cuerpo orgánico funcional. Un fenómeno sociológico que, muy a pesar de la mencionada psicóloga de empresa que se esfuerza por revalorizar el factor humano frente a la IA, afectará en los próximos años a cerca de un 60 por ciento de los empleos totales de las economías avanzadas (según el último estudio del Fondo Monetario Internacional (10) ). ¿La razón del fenómeno?: no sólo que el servicio técnico de la IA (ya sean Agentes o Robots) es tres veces más económico que los seguros sociales y los salarios de los trabajadores humanos, sino que además la IA aporta un alto valor competitivo por su capacidad innovadora, y suma y sigue por su optimización de rendimiento en la cadena de valor empresarial al tratarse de una fuerza laboral más eficiente y productiva.

La sociedad, aún sin ser consciente, se enfrenta a grandes retos

Como vemos, se avecinan tiempos de un tenso pulso entre el sector económico (marcadamente trasnacional), cuyo bien superior a defender es el beneficio económico privado; y el sector político (marcadamente local), cuyo bien superior a defender es el beneficio social colectivo. Siendo conscientes, a su vez, que la fuerza motriz evolutiva de las sociedades contemporáneas, cuya idiosincrasia es la economía de mercado, no son otras que las empresas; y que éstas, en la actual era industrial, ya no se pueden concebir sin participación mediante de la IA. Por lo que intentar ir contra el desarrollo empresarial de la IA es parejo a intentar poner puertas al campo. Lo cual no exime al sector político, como modelo de organización social que determina la vida diaria de las personas, de la obligada diligencia de alinear el progreso empresarial de la IA con los principios rectores humanistas de nuestras sociedades, que no son otros que aquellos que vertebran los derechos civiles y sociales de las democracias occidentales a nivel general, y que dan estructura y consistencia al Estado de Bienestar Social europeo a nivel particular (del cual soy un enérgico defensor).

Expuesto lo cual, si bien son muchos los retos que nos depara el futuro inmediato, desafíos que en el ámbito laboral stricto sensu ya desarrollé ampliamente hace un año en la reflexión bajo título Los 3 grandes cambios que trae la IA en el mercado laboral (11) , permítame el lector presentar a modo de resumen sobre la materia el siguiente teorema simple:

1.-El hombre, históricamente, ser desarrolla y autorrealiza como Ser Social a través del Mercado Laboral.

2.-La IA (a partir de ahora robots) comienza a monopolizar el Mercado Laboral, excluyendo del mismo a gran parte de los hombres como fuerza de trabajo.

2.1.-La parte minoritaria de los hombres que continúen en calidad de trabajadores deberán coexistir con los robots trabajadores, perdiendo el hombre su exclusividad como fuerza laboral.

2.2.-La existencia de trabajadores robots obligará al Estado a dotarles de personalidad jurídica propia, que en su coexistencia con trabajadores humanos conllevará reformas en las regulaciones laborales.

2.3.-Las nuevas regulaciones laborales deberán atender, entre otros fenómenos, la dataficación (11) de los trabajadores humanos en entornos empresariales gestionados por robots.

3.-Gran parte de los hombres ya no podrán reafirmarse como Ser Social mediante el Mercado Laboral.

4.-La sociedad deberá de cambiar el paradigma mental colectivo sobre la sociabilización del Hombre Social, eliminando como medio instrumental principal el Mercado Laboral.

4.1.-El Estado deberá realizar reformas en política Fiscal, ante la necesidad de   substituir las rentas de trabajo por otro tipo de rentas sociales para asegurar la sociabilización (y la subsistencia) del hombre como Ser Social.

4.2.-El Estado deberá realizar reformas en política de Seguridad Social, ante la necesidad de complementar las cotizaciones sociales de la minoría de trabajadores humanos con nuevos tipos impositivos de los trabajadores robots, a fin de costear el Estado de Bienestar Social.

5.-La sociedad, a través del papel regulador de los Estados, deberá buscar otros medios instrumentales para garantizar la sociabilización del hombre como Ser Social.

6.-El hombre, en términos generales, se reafirmará como Ser Social fuera del Mercado Laboral en la nueva era IA robótica.

Tal y como se puede deducir, tras la exposición de estas proposiciones a modo de estructura de sistema formal, múltiples y diversos son los retos que la sociedad vamos a tener que afrontar en los próximos años ante la irrupción de la IA en un sector, tan sensible por estratégico por vertebrador, como es el productivo. Pues, dime qué filosofía económica aplicas, y te diré que tipo de sociedad estás construyendo. Una revolución económica de la que es fácil inferir su trascendencia sobre el futuro de los actuales Estados Sociales y Democráticos de Derecho, ya que no afectará, sino que de hecho ya está afectando, de manera transversal y directa al conjunto de las actividades humanas, aun a pesar de la obnubilación colectica. Creer lo contrario es propio del avestruz que esconde la cabeza, o de los tres monos que no ven, no oyen, y no hablan. Un desafío a resolver por parte la sociedad como entidad política donde los filósofos, en calidad de Roboéticos, atesoramos mucho que aportar en el ámbito de la empresa, y más concretamente en el sector industrial. Pues la redefinición del nuevo modelo de sociedad en el que ya estamos inmersos, cuyo campo de trabajo es eminentemente ético por sus profundas implicaciones en la vida cotidiana de las personas, no puede estar en manos exclusivas de los ingenieros en su única misión de alcanzar la autoeficiencia algorítmica bajo criterios puramente mercantilistas.

Llegados a este punto, y sin intención de explayarme más, sólo cabe finalizar reclamando menos algocracia y más humanismo; o, en su defecto, exigir una urgente revisión del papel de las personas como unidad de medida social irrenunciable en el nuevo modelo tecnológico de sociedad. No sea que, como le sucedió al último sultán de Granada, acabemos llorando por impotencia lo que no supimos defender con diligente madurez social. Pues el principio de Realidad siempre acaba por imponerse por fuerza gravitacional frente a la inacción, por mucho que los psicólogos de empresa nos regalen los oídos para nuestra pueril autocomplacencia cortoplacista. La era de la IA ya está aquí, y en su búsqueda de la perfección productiva, ha llegado para substituir la imperfección productiva humana. Seamos conscientes del horizonte al que nos estamos abocando y, en consecuencia, actuemos con la responsabilidad social debida.

 

Referencias

(1)     Detectar la ironía o deducir segundas intenciones: la IA ya es capaz de inferir estados mentales humanos. Rhiannon Williams. MIT Technology   Review, 3 Junio 2024 https://acortar.link/WRzs4j  

(2)     Klarna https://www.klarna.com/es/

(3)     Klarna asegura que su asistente de IA hace el trabajo de 700 personas. Daniel Alonso Viña. Business Insider, 28 febrero 2024   https://acortar.link/VMCHbg

(4)     China inaugura el primer hospital de Inteligencia Artificial del mundo: puede tratar a 3.000 pacientes al día. Miguel Terán Haughey. El Economista, 4 junio 2024 https://acortar.link/RM4hzQ

(5)     BMW contrató robots, estos son los humanoides con inteligencia artificial que trabajarán en la fábrica. Isabela Duran. Infobae, 27 enero 2024 https://acortar.link/88fMum

(6)     Ya tenemos un Robot como CEO de una empresa. ¿Qué retos laborales vienen?. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 10 Noviembre 2022 https://acortar.link/1y8dil

(7)     Empieza la era de la inteligencia artificial física, según Nvidia: robots en todo lado. Dylan Escobar Ruiz. Infobae, 5 junio 2024 https://acortar.link/FCt3Fh  

(8)     Nvidia supera a Apple en el ranking de empresas más valiosas del mundo. Jorge Antonio Vázquez Buendía. El Diario NY, 6 junio 2024 https://acortar.link/S3yc98  

(9)     Tu futuro cliente es una máquina. Tamarah Usher y Gil Villavicencio. Medium, 28 febrero 2024. https://acortar.link/v7p4A8

(10) La IA transformará la economía global. Asegurémonos de que beneficie a la humanidad. Kristalina Georgieva. IMF, 14 enero 2024 https://acortar.link/le5LLu

(11) Los 3 grandes cambios que trae la IA en el mercado laboral. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 24 Mayo 2023 https://acortar.link/9Xp2vy