La IA ya es un depredador laboral, aunque el ciudadano de a pie no lo perciba
La semana pasada, en ocasión de
un cóctel social que organizó mi mujer en casa, conocí a una psicóloga de
empresa quien me explicó, en resumidas cuentas, que su labor se centraba en
empoderar a los empleados de las compañías en calidad de recursos lujosos por
imprescindibles en plena era de la Inteligencia Artificial (IA). Todo un
alegato de defensa del valor diferencial humano irremplazable frente a la IA,
en un contexto productivo, cuyo relato más propio de los cuentos fantasiosos de
Las mil y una noches
escuché indulgentemente copa en mano. Lo cierto es
que el argumento no me escandalizó, pues ya lo había escuchado de manera
reiterada en otras ocasiones a modo de corriente de pensamiento generalizada, percibiendo
una vez más como si la mayoría de las personas -ajenas a la realidad
colonizadora, por no decir depredadora, de la IA-, vivieran el plácido sueño de
Circe del que incluso los argonautas de Ulises cayeron rendidos.
Robot en fábrica china de Dongfeng cambiando aceite
No obstante, más allá del estado
de anublamiento mental en el que parece vivir la mayoría de la sociedad, el
principio de Realidad caracterizado por la acelerada sociabilización de una
progresiva IA omnipresente y omnipotente se impone. Una realidad (cuyo empirismo
no es sueño, como versaría Calderón de la Barca) donde la economía productiva,
y con ella el mercado laboral, ni están exentos ni son inmunes. Y, todo y así, a
pesar de esta patente realidad objetiva, la ciudadanía en su conjunto parece
vivir bajo el síndrome de la rana hervida, ajena a la irrupción disruptiva de
la IA que está transformado radicalmente el paradigma de la sociedad conocida.
Es decir, aun a expensas del
actual negacionismo tecnológico colectivo fruto de una inopia informativa
inducida o autoinducida (de cuyo discernimiento no voy a entrar en la presente
reflexión), lo cierto es que se avecinan tiempos en los que el hombre va a
perder abruptamente el protagonismo como fuerza laboral frente a la IA. Una guerra
perdida, antes incluso de que suene la trompeta de batalla, derivada en gran
medida por el salto cualitativo en IA Generativa que ha posibilitado la
tecnología del GPT-4, donde cabe destacar como puntas de lanza de la incipiente
revolución productiva tanto los IA Agentes como los Robots IA humanoides. Una
nueva generación de IA capaz ya no sólo de imitar e incluso superar la
inteligencia humana, sino de aprender por experimentación directa con su
entorno de trabajo, y asimismo de relacionarse con las personas mediante un
lenguaje natural y una capacidad ya adquirida de interpretar los estados
psicoemocionales humanos (gracias al GPT-4 omni
), tales como la ironía o
las segundas intenciones (1)
,
cuyas capacidades se consideraban exclusivamente humanas hasta la fecha.
Los IA Agentes y los Robots IA
Humanoides se van a comer el mercado laboral
Como muestra, señalar que los IA
Agentes -que son programas de software
que tienen capacidad de
autoaprendizaje y de realizar tareas de forma autónoma en cualquier actividad
productiva humana-, ya realizan trabajos para los que se requerirían cientos o
miles de empleados. Tal es el caso de la plataforma de venta por internet
Klarna (2)
, quien su IA
Agente monopoliza el trabajo equivalente a 700 personas (3). O el caso del reciente inaugurado centro
sanitario chino Agent Hospital
, cuyos doctores y enfermeras generados
por IA pueden tratar a 3.000 pacientes al día, diagnosticando enfermedades y
elaborando planes de tratamiento con una precisión del 93 por ciento (4).
Mientras que a nivel de Robots IA
humanoides de aplicación industrial, encontramos el caso actual de la firma
automovilística BMW (5)
que comienza a implantarlos en su planta norteamericana de Carolina del Sur (en
la que trabajan a día de hoy 11.000 empleados), donde los humanoides realizarán
labores diversas en los procesos de fabricación, incluyendo tareas de
carrocería, chapa y almacén, y cuya característica relevante es que pueden
aprender visualmente. Y aún más, cuánto más aprenden interaccionando con su
entorno de trabajo, más eficaces, eficientes y efectivos se vuelven. Lo cual,
sin lugar a dudas, no es un buen augurio para el futuro laboral de los miles de
trabajadores humanos de la fábrica. Y no olvidemos, entre otros, a los Robots
CEO de empresas, cuya senda abrió en el 2022 la androide ejecutiva Sra. Tang Yu
para dirigir una compañía china de 5.000 empleados, y que registra una
facturación anual nada desdeñable de más de 10.000 millones de euros (6). Ejemplos en suma que
constatan el inicio de la nueva era de la IA física, en el que el futuro será
completamente robótico, ratificando así las recientes declaraciones en este
sentido manifestadas por el director ejecutivo de Nvidia (7)
, que como sabemos es la
segunda tecnológica más importante del mundo detrás de Microsoft (8).
Es decir, como ya he apuntado en
otras ocasiones, nos dirigimos con velocidad de crucero hacia empresas interconectadas
en red gestionadas por IA, que coordinarán robots y plantas automatizadas, y no
sólo producirán productos robóticos y controlarán la cadena logística, sino que
incluso contarán con clientes robóticos cuya cuota de mercado se prevé que alcance
el 20 por ciento a nivel mundial para 2030 (9). Características todas ellas de un ciclo de cambio
industrial propio de la Quinta Era de la Revolución Industrial en la que ya nos
encontramos, y que veremos manifestarse revolucionariamente a cada nuevo día que
pasa de la mano de emergentes generaciones tecnológicas, las cuales se irán
sucediendo continuamente en el campo de la tecnología del GPT, de los Centros
de Datos, de los microchips, y de la robótica, principalmente, como partes de
un mismo cuerpo orgánico funcional. Un fenómeno sociológico que, muy a pesar de
la mencionada psicóloga de empresa que se esfuerza por revalorizar el factor
humano frente a la IA, afectará en los próximos años a cerca de un 60 por
ciento de los empleos totales de las economías avanzadas (según el último
estudio del Fondo Monetario Internacional (10)
). ¿La razón del fenómeno?: no sólo que el
servicio técnico de la IA (ya sean Agentes o Robots) es tres veces más
económico que los seguros sociales y los salarios de los trabajadores humanos,
sino que además la IA aporta un alto valor competitivo por su capacidad
innovadora, y suma y sigue por su optimización de rendimiento en la cadena de
valor empresarial al tratarse de una fuerza laboral más eficiente y productiva.
La sociedad, aún sin ser
consciente, se enfrenta a grandes retos
Como vemos, se avecinan tiempos
de un tenso pulso entre el sector económico (marcadamente trasnacional), cuyo
bien superior a defender es el beneficio económico privado; y el sector
político (marcadamente local), cuyo bien superior a defender es el beneficio
social colectivo. Siendo conscientes, a su vez, que la fuerza motriz evolutiva
de las sociedades contemporáneas, cuya idiosincrasia es la economía de mercado,
no son otras que las empresas; y que éstas, en la actual era industrial, ya no
se pueden concebir sin participación mediante de la IA. Por lo que intentar ir
contra el desarrollo empresarial de la IA es parejo a intentar poner puertas al
campo. Lo cual no exime al sector político, como modelo de organización social
que determina la vida diaria de las personas, de la obligada diligencia de
alinear el progreso empresarial de la IA con los principios rectores humanistas
de nuestras sociedades, que no son otros que aquellos que vertebran los
derechos civiles y sociales de las democracias occidentales a nivel general, y
que dan estructura y consistencia al Estado de Bienestar Social europeo a nivel
particular (del cual soy un enérgico defensor).
Expuesto lo cual, si bien son
muchos los retos que nos depara el futuro inmediato, desafíos que en el ámbito
laboral stricto sensu
ya desarrollé ampliamente hace un año en la
reflexión bajo título Los 3 grandes cambios que trae la IA en el mercado
laboral
(11)
,
permítame el lector presentar a modo de resumen sobre la materia el siguiente
teorema simple:
1.-El hombre, históricamente, ser
desarrolla y autorrealiza como Ser Social a través del Mercado Laboral.
2.-La IA (a partir de ahora robots)
comienza a monopolizar el Mercado Laboral, excluyendo del mismo a gran parte de
los hombres como fuerza de trabajo.
2.1.-La parte minoritaria de los
hombres que continúen en calidad de trabajadores deberán coexistir con los
robots trabajadores, perdiendo el hombre su exclusividad como fuerza laboral.
2.2.-La existencia de
trabajadores robots obligará al Estado a dotarles de personalidad jurídica
propia, que en su coexistencia con trabajadores humanos conllevará reformas en
las regulaciones laborales.
2.3.-Las nuevas regulaciones
laborales deberán atender, entre otros fenómenos, la dataficación (11)
de los trabajadores
humanos en entornos empresariales gestionados por robots.
3.-Gran parte de los hombres ya
no podrán reafirmarse como Ser Social mediante el Mercado Laboral.
4.-La sociedad deberá de cambiar
el paradigma mental colectivo sobre la sociabilización del Hombre Social,
eliminando como medio instrumental principal el Mercado Laboral.
4.1.-El Estado deberá realizar
reformas en política Fiscal, ante la necesidad de
substituir las rentas de trabajo por otro
tipo de rentas sociales para asegurar la sociabilización (y la subsistencia)
del hombre como Ser Social.
4.2.-El Estado deberá realizar
reformas en política de Seguridad Social, ante la necesidad de complementar las
cotizaciones sociales de la minoría de trabajadores humanos con nuevos tipos
impositivos de los trabajadores robots, a fin de costear el Estado de Bienestar
Social.
5.-La sociedad, a través del
papel regulador de los Estados, deberá buscar otros medios instrumentales para
garantizar la sociabilización del hombre como Ser Social.
6.-El hombre, en términos
generales, se reafirmará como Ser Social fuera del Mercado Laboral en la nueva
era IA robótica.
Tal y como se puede deducir, tras
la exposición de estas proposiciones a modo de estructura de sistema formal,
múltiples y diversos son los retos que la sociedad vamos a tener que afrontar
en los próximos años ante la irrupción de la IA en un sector, tan sensible por
estratégico por vertebrador, como es el productivo. Pues, dime qué filosofía
económica aplicas, y te diré que tipo de sociedad estás construyendo. Una
revolución económica de la que es fácil inferir su trascendencia sobre el
futuro de los actuales Estados Sociales y Democráticos de Derecho, ya que no
afectará, sino que de hecho ya está afectando, de manera transversal y directa al
conjunto de las actividades humanas, aun a pesar de la obnubilación colectica.
Creer lo contrario es propio del avestruz que esconde la cabeza, o de los tres
monos que no ven, no oyen, y no hablan. Un desafío a resolver por parte la
sociedad como entidad política donde los filósofos, en calidad de Roboéticos, atesoramos
mucho que aportar en el ámbito de la empresa, y más concretamente en el sector
industrial. Pues la redefinición del nuevo modelo de sociedad en el que ya
estamos inmersos, cuyo campo de trabajo es eminentemente ético por sus
profundas implicaciones en la vida cotidiana de las personas, no puede estar en
manos exclusivas de los ingenieros en su única misión de alcanzar la autoeficiencia
algorítmica bajo criterios puramente mercantilistas.
Llegados a este punto, y sin intención
de explayarme más, sólo cabe finalizar reclamando menos algocracia y más
humanismo; o, en su defecto, exigir una urgente revisión del papel de las
personas como unidad de medida social irrenunciable en el nuevo modelo
tecnológico de sociedad. No sea que, como le sucedió al último sultán de
Granada, acabemos llorando por impotencia lo que no supimos defender con diligente
madurez social. Pues el principio de Realidad siempre acaba por imponerse por
fuerza gravitacional frente a la inacción, por mucho que los psicólogos de
empresa nos regalen los oídos para nuestra pueril autocomplacencia
cortoplacista. La era de la IA ya está aquí, y en su búsqueda de la perfección
productiva, ha llegado para substituir la imperfección productiva humana.
Seamos conscientes del horizonte al que nos estamos abocando y, en
consecuencia, actuemos con la responsabilidad social debida.
Referencias
(1)
Detectar la ironía o deducir segundas
intenciones: la IA ya es capaz de inferir estados mentales humanos. Rhiannon
Williams. MIT Technology
Review, 3 Junio
2024 https://acortar.link/WRzs4j
(2)
Klarna https://www.klarna.com/es/
(3)
Klarna asegura que su asistente de IA hace el
trabajo de 700 personas. Daniel Alonso Viña. Business Insider, 28 febrero
2024
https://acortar.link/VMCHbg
(4)
China inaugura el primer hospital de
Inteligencia Artificial del mundo: puede tratar a 3.000 pacientes al día. Miguel
Terán Haughey. El Economista, 4 junio 2024 https://acortar.link/RM4hzQ
(5)
BMW contrató robots, estos son los humanoides
con inteligencia artificial que trabajarán en la fábrica. Isabela Duran.
Infobae, 27 enero 2024 https://acortar.link/88fMum
(6)
Ya tenemos un Robot como CEO de una empresa.
¿Qué retos laborales vienen?. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 10
Noviembre 2022 https://acortar.link/1y8dil
(7)
Empieza la era de la inteligencia artificial
física, según Nvidia: robots en todo lado. Dylan Escobar Ruiz. Infobae, 5 junio
2024 https://acortar.link/FCt3Fh
(8)
Nvidia supera a Apple en el ranking de empresas
más valiosas del mundo. Jorge Antonio Vázquez Buendía. El Diario NY, 6 junio
2024 https://acortar.link/S3yc98
(9)
Tu futuro cliente es una máquina. Tamarah Usher
y Gil Villavicencio. Medium, 28 febrero 2024. https://acortar.link/v7p4A8
(10)
La IA transformará la
economía global. Asegurémonos de que beneficie a la humanidad. Kristalina
Georgieva. IMF, 14 enero 2024 https://acortar.link/le5LLu
(11)
Los 3 grandes cambios que
trae la IA en el mercado laboral. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 24
Mayo 2023 https://acortar.link/9Xp2vy