Innovación IA y Ética europea: dos caminos cada vez más divergentes

noreply • 30 de julio de 2024

(1)
. Sorpasso que era de esperar, porque una cosa es generar innovación y otra muy distinta es conseguir capitanear el Mercado de manera sostenible en una carrera de fondo que, por otro lado, se desarrolla bajo reglas tan laxas como ambiguas.
 

No obstante, si bien ChatGPT aún tiene minutos de gloria por consumir y la carrera no ha hecho más que comenzar, cabe señalar sobre Llama 3.1 que es el modelo de IA de código abierto más grande de la historia (con 405 mil millones de parámetros, frente a los algo más de 175 mil millones del modelo de OpenAI), y que Meta ya está trabajando con más de una docena de empresas (entre ellas Microsoft, Amazon, Google, Nvidia, y Databricks) para implementar y mejorar el modelo en diversas implicaciones e industrias. ¿El objetivo de Llama 3.1?:   no sólo competir contra ChatGPT, sino superarlo en términos de uso y convertirse así en el asistente IA más utilizado a nivel mundial para fin de año. Un nuevo giro de los acontecimientos del que podemos extraer, a corto plazo, el siguiente escenario derivado:

1.-Se anuncia un aumento exponencial de nuevas aplicaciones y soluciones innovadoras en IA impulsadas por el modelo de Meta, que van a revolucionar aún más la economía productiva, para mayor sorpresa de todos si cabe.

2.-La estrategia de trabajo de código abierto de Meta, además de democratizar el acceso a la IA avanzada, se consolida como metodología tecnológica para el fomento de la colaboración innovadora global en IA.

Y, 3.-La filosofía de código abierto, que impulsa Meta como eje vertebrador del ecosistema IA, choca de frente con la numantina regulación europea (2). Sin mencionar, suma y sigue, que Meta no ha revelado el origen de los datos que ha utilizado y utiliza para entrenar a Llama 3.1 por “secreto comercial”; por lo que no hay que ser muy sagaz para entender que dicha falta de transparencia puede deberse a una práctica corporativista presumiblemente, en términos europeos, contra Ley de Protección de Datos (RGPD) (3). Dos escollos para la sancta sanctorum legislación europea (código abierto y gestión de datos) que, sin lugar a dudas, aislará aún más a la zona euro de los nuevos avances en IA. Aunque, como bien sabemos Historia en mano por la épica caída de Numancia a espada de los romanos, no hay mejor estrategia para derribar cualquier fortaleza que se resiste que un asedio paciente. Lo cual no es un buen pronóstico para el viejo continente, ya que -más allá de una derrota futura probabilísticamente asegurada- todo aislacionismo acaba siendo equivalente a un empobrecimiento económico, y no hay mejor negocio para potencias colonizadoras que esperar a adquirir sus nuevas conquistas a precio de saldo (por obligada necesidad de los vendedores locales) bajo la falsa bandera de la liberación.

Sobre la evolución en progresiva divergencia entre desarrollo IA y política tecnológica europea no voy a explayarme, por haberlo tratado en reiteradas ocasiones (4,5) , aunque sí que apuntaré una vez más que sus consecuencias señalan a que el viejo continente se encamina hacia lo que denomino una Neoedad Media en términos tecnológicos comparativos. Lo cual ya no es un pronóstico sino una evidencia empírica.

Absorción de una nueva Ética por consumo

No obstante, en la presente reflexión deseo focalizar el tema ya no tanto en la divergencia entre desarrollo IA global y mercado europeo (y sus implicaciones negativas en materia económica para la zona euro), sino en la divergencia entre innovación IA y Ética continental, lo cual me parece un asunto relevante a exponer. Ya que, como todos sabemos, es la Ética la que define de manera substancial los modelos de organización social a los que denominamos sociedades.

En este sentido, volviendo al caso de Meta, resulta evidente que su apuesta por el modelo Llama 3.1 es una clara apuesta por la búsqueda del dominio hegemónico de aplicaciones IA para la industria multisectorial en la nueva era tecnológica, en un mundo cuya economía productiva ya no se concibe sin IA mediante. Una apuesta empresarial, de indudable corte monopolístico, en la que Meta tiene tanto la oportunidad como los medios y los recursos para llevarla a buen puerto por su privilegiada posición en un Mercado hasta la fecha oligopolista (lo cual, sea dicho de paso, es antagónico al concepto de libre mercado y, por extensión, a la naturaleza misma de la Democracia). Una estrategia de la compañía que, barriendo en sentido que nos ocupa, tiene como efectos colaterales directos la imposición a nivel global de una Ética propia que no común. Ya que su Ética singular (de clara lógica algocrática, bajo fundamentos de rédito corporativista) se decanta por precipitación al conjunto de la sociedad, que la absorbe como propia a través incluso de los poros de la piel, mediante la correa de transmisión del tejido productivo en calidad de cliente. Es decir, las empresas locales consumen los productos IA de Meta, a la vez que los facilitan (una vez transformados bajo marca y gusto propio) como servicios de consumo para los usuarios finales que somos las personas a título individual. Llegados a este punto, la pregunta obligada no puede ser otra que aquella que dé respuesta a qué tipo de Ética estamos normalizando por absorción cotidiana (presente o futura), aún sin percatarnos de dicho proceso de transmutación en la naturaleza de dichos valores.

Ética de las grandes tecnológicas y Ética europea

Para dar respuesta a la cuestión planteada, no sirve con ceñirnos -en este caso y como objeto ejemplar de estudio- al código público de Ética IA de Meta (6) , ya que sólo observando los dos primeros de los cinco pilares en los que manifiesta basarse -relativo a la Privacidad y Seguridad (de los datos de las personas), y a la Equidad e Inclusión (trato justo e igual para todas las personas)-, nos genera fundadas reticencias. ( Exempli gratia : uso ilegal de datos masivos de consumidores (7) , y censura sistemática de contenido palestino en el contexto de la guerra israelí (8) ). Sino que debemos prescindir de dicha Ética normativa corporativa, cuyos departamentos de marketing se encargan de blanquear adecuadamente, para observar y posteriormente valorar en su justa medida su Ética aplicada. Es decir, cómo actúa la compañía en casos concretos y controvertidos del ámbito humano.  

Para ello, permítame el lector hacerme eco brevemente -bajo prisma etnocentrista- del reciente informe (9) que ha publicado la Casa Blanca de la Administración aún del presidente Biden, sobre la seguridad online de los niños y adolescentes, y especialmente en relación a su uso con las redes sociales y las enfermedades mentales derivadas. Tomado este estudio como caso ejemplar de Ética Aplicada, el cual afirma taxativamente que los niños y adolescentes se ven negativamente afectados mentalmente por el uso de las plataformas de las redes sociales (por lo que se aconseja a las empresas tecnológicas a regular, entre otras opciones, la capacidad de que los usuarios puedan desactivar funciones que no les gusten como los feeds de desplazamiento infinito o lo algoritmos de recomendación), la reacción de la compañía Meta fue diametralmente opuesta al rechazar cualquier cambio en sus plataformas (Facebook, Instagram, WhatsApp, …) para mejorar la salud mental de los adolescentes, como así queda de manifiesto en documentos judiciales recientes (10). Pero aún más, no sólo la compañía actúa de manera éticamente reprobable en este asunto, al menos bajo un juicio de valor moral europeo, sino que además se esfuerza en imponer un falso relato social sobre el uso beneficioso de sus plataformas mediante la manipulación sin pudor de estudios académicos que patrocina (11). Una mala praxis generalizada en el sector que, a quien interese, puede ampliar mediante la lectura de una breve reflexión pasada que realicé bajo título La otra cara del sector IA: un mundo plagado de intrigas, suspense, y acción (12).   

Como podemos observar, en la ecuación empresarial de Meta -la cual es extensible al conjunto del oligopolio tecnológico IA- la Ética brilla por su ausencia; haciendo de la máxima latina sobre la mujer del César, que no sólo debe ser honrada sino asimismo parecerlo, una redefinición ad hoc en un contexto digital en el que tiene más valor aparentar que ser (13,14). Expuesto lo cual, podemos claramente deducir que el mundo occidental en su conjunto se ve sometido a una reconstrucción de la moral humana por efecto sociabilizador de una cultura de consumo, de espejos digitales fractales, donde los cuadros directivos de las grandes compañías tecnológicas en primer lugar, y los ingenieros a sueldo de las mismas en segundo lugar (15) , se otorgan de facto el papel de Filósofos de la Ética y Políticos de la Moral sin que el ciudadano de a pie tenga capacidad de réplica alguna.

Ciertamente, por otro lado, los gurús de Silicon Valley pueden argumentar a su favor que sus compañías se ajustan a su Ética de corte ultraliberal propia de la naturaleza política de la sociedad norteamericana, ergo sus compañías son éticas. Lo cual, bajo dicho enfoque, no dejan de tener razón a la luz de que la Ética no es universal sino geográfica. No obstante, nuestra Ética continental, de claro corte humanista que fundamenta nuestros Estados Sociales y Democráticos de Derecho, se rige por un sistema referencial moral diferente, ergo para nosotros los europeos sus compañías no son éticas. A partir de aquí, el pulso está servido.

Expuesto lo cual, y a falta que Meta invada la economía de mercado occidental de nuevas y disruptivas herramientas IA, sirva la presente breve reflexión para concienciarnos que detrás del consumo aparentemente aséptico de un producto digital, al ser éste de naturaleza extracontinental en la actual era de la IA Generativa, lleva consigo una carga ética determinada que aun sin verse es incisiva Y que el consumo continuado y normalizado por habitual de dichas aplicaciones tecnológicas, más si cabe entre las nuevas generaciones digitales, puede conllevar a un proceso de transmutación de los valores morales propios en beneficio de otros ajenos, en lo que podríamos denominar una sociabilización ética por parte de los nuevos conquistadores (en este caso mediante fuerzas operativas tecnológicas). Un proceso de cambio e inmersión, por estrategia monopolizadora del Mercado, que puede hacer virar fácilmente la filosofía tetramilenaria humanista europea hacia nuevos postulados neo ultraliberales, lo cual acabaría afectando a futuro sobre el adn de nuestro propio modelo de organización social.

Sí, la divergencia entre Innovación IA y Ética europea no sólo es una realidad, sino que es un fenómeno que se agrava a cada nuevo día que pasa, evidenciando una falta de capacidad de imposición del Imperio de los Derechos (Europa) frente al Imperio del Mercado (EEUU). Tanto es así que, lamentablemente para el orbe humanista, no se divisa convergencia alguna en un horizonte próximo que se prevé socialmente convulso por irrupción hegemónica de la IA. Y ante esta situación, servidor no puede más que observar pipa en boca desde su pequeña atalaya, preguntándose cuál es el destino que las ancestrales Moiras le tienen preservado a nuestra vieja Europa.

 

Referencias

(1)     Meta lanza el modelo de IA de código abierto más grande y mejor hasta el momento. Cath Virginia. The Verge, 23 Julio 2024 https://acortar.link/Ligj4k

(2)     La Ley IA de la UE puede devolver a Europa a la Edad Media. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 20 Junio 2023 https://acortar.link/t39yUb

(3)     Descapitalización europea con la salida de las grandes tecnológicas. Y, ahora, ¿qué?. Jesús A. Mármol. Bitácora de un buscador, 23 Julio 2024 https://acortar.link/MaxhyN

(4)     La Ley IA de la UE: muerta antes de nacer por oposición del sector. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 18 Diciembre 2023 https://acortar.link/wzQzRB  

(5)     La IA se comunica ya como humana, mientras Europa hace oídos sordos. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 17 Mayo 2024   https://acortar.link/6Tzs46

(6)     IA Responsable. Meta, 29 Julio 2024 https://ai.meta.com/responsible-ai/

(7)     Meta acusado de procesamiento de datos "masivo e ilegal" por parte de grupos de consumidores europeos. Anna Cooban. CNN, 29 Febrero 2024 https://acortar.link/xxEz8C

(8)     Meta: censura sistemática del contenido palestino. Human Rights Watch, 20 Diciembre 2023 https://acortar.link/LiA3Wg

(9)     Online Health and Safety for Children and Youth: Best Practices for Families and Guidance for Industry. Samhsa-USA Gov, July 2024 https://acortar.link/6EebFL

(10) Mark Zuckerberg rechazó personalmente las propuestas de Meta para mejorar la salud mental de los adolescentes, según documentos judiciales. Briang Fung, CNN, 10 Noviembre 2023 https://acortar.link/JkbcVh

(11) La política de la investigación en redes sociales: no deberíamos permitir que Meta manipule los estudios que patrocina. Justin Hendrix y Paul M. Barret. The Policy Press, 2 Julio 2024 https://acortar.link/P2y46L

(12) La otra cara del sector de la IA: un mundo plagado de intrigas, suspense y acción. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 15 Abril 2024 https://acortar.link/j8AQpQ

(13) La apariencia, un recurso de supervivencia de la sociedad contemporánea. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 20 Mayo 2019 https://acortar.link/lFImcJ  

(14) Veo, veo... algo que parece ser pero que no es. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 13 Diciembre 2019 https://acortar.link/opHSkT

(15) La Ética mundial no puede estar en manos de los ingenieros informáticos. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 6 Noviembre 2019 https://acortar.link/9OxDcG


Por noreply 11 de agosto de 2024
Por noreply 11 de junio de 2024
No obstante, más allá del estado de anublamiento mental en el que parece vivir la mayoría de la sociedad, el principio de Realidad caracterizado por la acelerada sociabilización de una progresiva IA omnipresente y omnipotente se impone. Una realidad (cuyo empirismo no es sueño, como versaría Calderón de la Barca) donde la economía productiva, y con ella el mercado laboral, ni están exentos ni son inmunes. Y, todo y así, a pesar de esta patente realidad objetiva, la ciudadanía en su conjunto parece vivir bajo el síndrome de la rana hervida, ajena a la irrupción disruptiva de la IA que está transformado radicalmente el paradigma de la sociedad conocida.
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