Descapitalización europea con la salida de las grandes tecnológicas. Y, ahora, ¿qué?

noreply • 23 de julio de 2024

No obstante, esta necesidad en la gestión de datos -como fundamento de la actual era del conocimiento en un mundo tecnológico IA-, casa como agua y aceite con la reciente Ley UE de la IA, y más particularmente con su Reglamento General de Protección de Datos (la cual, sea dicho de paso, es casi una década anterior a la propia Ley IA, y algo más de media década anterior al surgimiento del ChatGPT). De hecho, el debate sobre dataísmo versus humanismo viene ya de lejos, pues -más allá de su dimensión potencial de violabilidad instrumental de la privacidad digital personal- hemos sido varios los pensadores que ya en antaño preveíamos el riesgo sistémico inherente por parte de la gestión dataísta en la abstracción de la personalidad humana individual -lo que conlleva la deshumanización de la existencia personal-, en pos de su recalificación en calidad de valor cualitativo y cuantitativo como contribución a un sistema utilitario aséptico de procesamiento de datos bajo lógica algorítmica. Un tema del que no me explayaré por haberlo analizado sintéticamente hace ya unos años atrás (1).

Un debate, más o menos teórico en tiempos no muy lejanos, que hoy deviene de rabiosa actualidad por su relevante implicación en el ámbito de la economía de Mercado (que como sabemos, es el motor de desarrollo de toda sociedad). Me refiero, como clara manifestación del mismo, con la decisión aún caliente elevada a noticia pública por parte de la tecnológica Meta (empresa matriz de Facebook, Instagram, WhatsApp, y Messenger Live, entre otros) de no entregar sus próximos modelos de IA multimodal en la zona de la UE, “debido a la naturaleza impredecible del entorno regulatorio europeo” (2). Determinación que copia y sigue los pasos iniciados hace ahora un mes por la tecnológica Apple que, por las mismas razones (3) , ya excluyó a la UE de sus novedades en IA. (A lo que la UE reaccionó, sea dicho de paso, única y exclusivamente con una pataleta reprochadora hacia Apple por “mostrar un comportamiento anticompetitivo” (4). ¡Qué grandes gestores de la res publica tenemos! -léase con ironía, por si no se ha notado-).  

Dislate de una crónica anunciada

Lo cierto es que la presente situación en la que nos encontramos se veía venir, como ya se avanzó en su día antes incluso de la propia aprobación de la Ley UE IA (5,6,7,8). Y es que el choque entre el Imperio del Mercado (ultraliberal) norteamericano y el Imperio de los Derechos (humanistas) europeo estaba asegurado. Una tesitura que previsiblemente, a falta de un improbable giro copérnico de los acontecimientos, presenta un panorama futurible nada alentador para la salud económica de la zona euro, a razón del siguiente flujo selectivo de sucesos probabilístico:

Estado de la situación actual

1.-Los productos y servicios IA que utiliza el tejido productivo (y de ocio) de la UE son, aplastantemente, propiedad de las grandes tecnológicas norteamericanas. (Al menos desde 2003, con la llegada de Google a Europa).

2.-La Administración de la UE impone en la zona euro su Ley IA, caracterizada por una regulación sectorial restrictiva, pensada ad hoc para el ecosistema propio y derivado de las grandes tecnológicas norteamericanas. (Desde 13 de marzo 2024)

3.-Se cumple el pronóstico de que grandes tecnológicas norteamericanas (en un efecto dominó intra sectorial) dejan de operar parcialmente en el mercado europeo, sacrificando volumen de negocio por capacidad y política innovadora. (Desde 21 de junio 2024)

4.-La zona euro queda excluida de los nuevos productos tecnológicos en IA (de la post era GPT-4), lo que afecta a la capacidad competitiva del tejido productivo de la UE. (A partir de 1 julio de 2024)

Pronóstico de la situación a medio plazo

(bajo lógica de la suma de historias feynmaniana)

4.-Las empresas IA de la UE, mayoritariamente startups , deberán afrontar el dilema de operar en la zona euro o, por el contrario, de migrar fuera de la misma en un balance de oportunidades de recursos tecnológicos, legislativos, y económicos.

5.-La naturaleza globalizadora mercantil inherente de las startups , así como su idiosincrasia tecnológica, abocará a un número importante de empresas IA de la UE a salir fuera de la zona euro.

6.-La previsible huida de parte de startups (previsiblemente las más notables) del ecosistema IA autóctono europeo, generará un proceso de descapitalización tecnológico y económico (además de conocimiento) de la UE.

7.-La brecha productiva y por extensión de empobrecimiento económico de la UE, por incapacidad de competitividad tecnológica, se verá negativamente agudizada rápidamente (de manera inversamente proporcional al vertiginoso ritmo innovador del propio sector tecnológico IA global) respecto al resto de potencias mundiales.

8.-El presumible empobrecimiento económico de la zona euro, derivado de la brecha productiva internacional, afectará al modelo del Estado de Bienestar Social europeo.

Diagnóstico de la problemática

Pronósticos aparte, lo cierto es que en Europa tenemos un problema con la IA, no sólo por haber optado por un enfoque regulatorio estricto, en contraprestación con otras políticas legislativas más laxas como la norteamericana que considera que son las empresas y no la Administración quienes deben controlar el desarrollo industrial por ser motor de innovación, o la japonesa que tras observar el fracaso legislativo europeo busca con su nueva política “amigable” atraer inversiones -en mar revuelto, ganancia de pescadores- y volver a colocarse a la cabeza del sector tecnológico a nivel mundial (9). Sino también, y principalmente, porque los legisladores de la UE, en su celo por limitarse a ser buenos reguladores o al menos intentarlo, se han equivocado en regular la tecnología (dígase primero con los datos, después con las plataformas digitales, y ahora con los modelos IA), en vez de regular el servicio y uso de dicha tecnología. Que son dos cosas bien diferentes. Una batalla contra la que el sector privado no puede competir, como así ha quedado patente con Apple y Meta tras varios intentos de ajustarse a la normativa europea sin resultados satisfactorios para su desesperación empresarial, lo que los ha llevado a renunciar finalmente de un mercado tan importante como el nuestro.   

Ciertamente, aquí tenemos un claro conflicto de intereses (en todo caso saludable, eso sí) entre sector público, que busca el bien social, y el sector privado, que busca el bien partidista. Dos actores que, por otro lado, forman parte indivisible de una misma naturaleza: la sociedad. Los unos, asegurando el Contrato Social entre todos los ciudadanos en el marco de un modelo de organización socio-político democrático; y, los otros, asegurando la sostenibilidad del Estado de Bienestar Social como motores de la economía de Mercado. Por tanto, sabedores que hoy en día no puede concebirse la productividad empresarial (en sentido competitivo) sin IA mediante, sector público y privado tecnológico IA están obligados a entenderse. En caso contrario, en lo que respecta a nuestro continente, nos veremos abocados a una Neoedad Media en términos tecnológicos comparativos con respecto al resto del mundo. Y si no, tiempo al tiempo.

La solución pasa por cambiar de enfoque

Por otro lado, cabe apuntar que Europa, como baluarte de los Derechos Humanos por herencia clásica, no tiene ni debe dar por perdido su pulso humanista en la nueva era IA, aunque ello no le exime de su evidente errada estratégica en materia regulatoria. Pues si bien la reciente Ley UE IA ha servido como faro inspirador a nivel mundial, lo cual es una evidencia, ello no significa -en un contexto tecnológico que avanza a velocidad de ultrasonido-, que dicha legislación no se encuentre ya desfasada e incluso se pueda constatar, a toro pasado, su mal planteamiento de origen. Y eso que la norma no entra en plena vigencia hasta 2026, por lo que podemos afirmar que dicha regulación está muerta incluso antes de acabar su gestación (seamos honestos).

Entonces, ¿cuál es el camino   para la concordia entre sector público e IA privado en Europa?, podemos preguntarnos. Personalmente no creo que sea abrazando la filosofía ultraliberal norteamericana (Imperio del Mercado), ya que ello atentaría contra nuestra propia naturaleza europea de claro genoma social (Imperio de los Derechos). Pero sí que podríamos alcanzar un entendimiento común a medio camino, acogiéndonos a la máxima ética de Aristóteles: la virtud se encuentra en el punto medio ( In medio virtus ); ya que como hemos constatado resulta imposible arrastrar a las grandes tecnológicas IA a nuestro terreno (lo cual es un claro defecto etnocentrista por nuestra parte, cuya práctica debería estar superada desde el siglo XIX). Un punto medio o de encuentro, propio de la intersección en un sistema de conjuntos, que no hay que inventar porque ya existe, siendo éste el establecido por los Principios Roboéticos (10) , los cuales sintetizan los valores humanistas que inspiran los principios rectores de las Democracias europeas aplicados en el ámbito de la IA.

En este sentido, resultaría inteligente substituir el actual sistema de niveles de riesgo de la Ley UE IA, por un barómetro que mida el nivel de cumplimiento de los diversos Principios Roboéticos (aceptados mayoritariamente por el sector tecnológico a nivel global) por parte de las empresas IA, mediante Certificados de Ética IA emitidos por auditorías externas cualificadas e independientes. Lo que representaría, a la práctica, que seriamos los ciudadanos en calidad de consumidores los que tuviéramos la potestad de incluir o excluir a un producto o servicio IA del Mercado (educación humanista mediante), según su cualificación de IA Ética. Mientras que la Administración, como garante del bien social, actuaría en su defecto como agente inspector público sobre productos o servicios IA sin certificación mínima suficiente, con capacidad sancionadora e incluso requisitoria (como sucede actualmente con el mercado de los alimentos o de los medicamentos). Un planteamiento a medio camino entre los polos opuestos que representan la libertad absoluta de Mercado y la regulación más restrictiva del mismo, permitiendo así la coexistencia equilibrada -no exenta de tensiones- entre ambos al más puro espíritu keynesiano. Un planteamiento a desarrollar, entre otros varios que pueden ponerse encima de la mesa, de urgente reflexión, ya que resulta imperativo buscar una solución al problema creado, superando en todo caso el obstinado entroncamiento en el que nos hallamos. Ya que la nueva sociedad a la que nos encaminamos es IA o no es. Conscientes además que, mientras nos decidimos a actuar, la cuenta atrás para la descapitalización tecnológica de la vieja Europa, y su consiguiente empobrecimiento económico, ya ha comenzado.   

 

Referencias

(1)     Dataísmo y Humanismo, ¿una relación incompatible?. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 10 Marzo 2020 https://acortar.link/EubfVc

(2)     Primicia: Meta no ofrecerá futuros modelos de IA multimodales en la UE. Ina Fried. Axios, 17 Julio 2024 https://acortar.link/rEUYD3

(3)     Apple dice que no lanzará funciones de IA en Europa debido a preocupaciones regulatorias. Ivana Saric. Axios, 21 Junio 2024 https://acortar.link/gWMW2o

(4)     El comisario de Competencia de la UE afirma que la decisión de Apple de retirar la IA de la UE muestra un comportamiento anticompetitivo. Eliza Gkritsi. Euractiv, 28 Junio 2024 https://acortar.link/zNcVBr

(5)     ¿Puede Europa imponer su nueva ley de IA al resto del mundo?. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 15 Mayo 2023 https://acortar.link/d1gngn

(6)     La Ley IA de la UE puede devolver a Europa a la Edad Media. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 20 Junio 2023 https://acortar.link/t39yUb

(7)     La Ley IA de la UE: muerta antes de nacer por oposición del sector. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 18 Diciembre 2023 https://acortar.link/wzQzRB  

(8)     La IA se comunica ya como humana, mientras Europa hace oídos sordos. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 17 Mayo 2024   https://acortar.link/6Tzs46

(9)     Japón regula con cautela la IA para atraer inversiones. Ryohtaroh Satoh. Nikkei Asia, 19 Junio 2024 https://acortar.link/SDmohV

(10) Sin Roboética (Modelo de Gobernanza IA Ética) no existe competitividad empresarial. Jesús A. Mármol. Bitácora de un Buscador, 22 Mayo 2024 https://acortar.link/x1M1FI

 

 

Por noreply 11 de agosto de 2024
Por noreply 11 de junio de 2024
No obstante, más allá del estado de anublamiento mental en el que parece vivir la mayoría de la sociedad, el principio de Realidad caracterizado por la acelerada sociabilización de una progresiva IA omnipresente y omnipotente se impone. Una realidad (cuyo empirismo no es sueño, como versaría Calderón de la Barca) donde la economía productiva, y con ella el mercado laboral, ni están exentos ni son inmunes. Y, todo y así, a pesar de esta patente realidad objetiva, la ciudadanía en su conjunto parece vivir bajo el síndrome de la rana hervida, ajena a la irrupción disruptiva de la IA que está transformado radicalmente el paradigma de la sociedad conocida.
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